Recibí una carta de Hacienda multándome con una cantidad de dinero muy grande que yo no tenía y, además no me cuadraba esta petición de dinero. Me empecé a agobiar muchísimo, pues amenazaban con embargarme el sueldo y eso me ponía en una situación terrible para mi hijo y para mí.
La estampa de Dora siempre ronda por casa y la miro muchas veces pues me da paz. Ese día al toparme con ella la puse sobre la carta y le dije: “Dora, tu que sabes de agobios económicos ayúdame”, y nada más decirla se me ocurrió el nombre de un asesor legal que hacia once años no veía. Conseguí su teléfono sin problemas y le llamé. En una hora todo estaba arreglado.
Dora me ayudo a encontrar el camino para solucionarlo. Le doy las gracias de todo corazón y ella seguirá pululando por casa como uno más de nosotros y seguiré hablando con ella familiarmente. Gracias, Dora.
M. (España)