Tres mil personas asistieron a la Misa en honor de San Josemaría Escrivá de Balaguer, en el santuario Madre del Amor Hermoso de Cañete. La ceremonia litúrgica fue celebrada por el Obispo de la Prelatura de Yauyos, Monseñor Ricardo García García.
El Obispo de la Prelatura de Yauyos comentó en su homilía que el mundo de hoy necesita cristianos audaces, fieles y llenos de confianza en Dios, como San Josemaría Escrivá de Balaguer que fue un hombre, que aún poniendo en riesgo su vida, dedicó todas sus fuerzas a llevar a Cristo a todas partes. Supo afrontar críticas, incomprensiones y puso toda su fortaleza en Dios para realizar su misión.
Mencionó que la Iglesia necesita apóstoles para recristianizar la sociedad y por eso, todos los católicos deben asumir ese compromiso. Añadió que ese mandato de Cristo cobra especial relieve en el Año Paulino que por decisión del Papa Benedicto XVI, está dedicado a conocer la figura de este gran apóstol, elegido por Dios de una manera singular, cuando Cristo ya había subido a los cielos y que recibió el encargo de de llevar la Buena Nueva, el mensaje de Cristo al mundo no judío.
“Con qué celo, con qué valentía, con qué ingenio dio su vida por el Evangelio. No era precisamente hábil en la palabra. Como dice el Papa Benedicto XVI: “los extraordinarios resultados apostólicos que pudo conseguir no se deben atribuir a una brillante retórica o refinadas estrategias apologéticas o misioneras. El éxito de su apostolado depende, sobre todo, de su compromiso personal al anunciar el Evangelio con total entrega a Cristo; entrega que no temía peligros, dificultades ni persecuciones”, añadió.
Los tiempos actuales también reclaman fidelidad agregó y como nos dice el Papa Benedicto con ocasión del año paulino: “La acción de la Iglesia sólo es creíble y eficaz en la medida en que quienes forman parte de ella están dispuestos a pagar personalmente su fidelidad a Cristo, en cualquier circunstancia (…) como en los inicios, también hoy Cristo necesita apóstoles dispuestos a sacrificarse.”
Remarcó que “estas palabras del Santo Padre pueden servirnos para espolearnos en nuestro apostolado personal con nuestros parientes y amigos. Busquemos acercarlos al Señor, mediante la Eucaristía y el sacramento de la Confesión. Propongámonos un compromiso más serio de entrega y de afán apostólico”,.
“Quiero terminar acudiendo a San Josemaría y a nuestra Madre del Amor Hermoso, para que encienda en nosotros afanes serios de apostolado. Para que con constancia, poniendo los medios sobrenaturales y los humanos, acerquemos a muchos al amor de Dios,” expresó.
Después de la celebración eucarística, la imagen de San Josemaría en medio de una gran algarabía y fuertes aplausos, recorrió en procesión las calles de san Vicente de Cañete, acompañados por las oraciones de muchos devotos. En la Plaza de Armas de San Vicente se hizo en su honor la quema de un castillo de fuegos artificiales, y dos parejas bailaron una alegre marinera.