Emi: un corazón joven que sabía amar

Han pasado algunos meses de la partida de Emi Kanashiro, una joven supernumeraria del Opus Dei que se fue al cielo de forma repentina. Deja una herencia valiosísima entre quienes la conocieron: sus deseos y su lucha por ser santa.

Recogemos en este artículo el testimonio de Patricia Pachas, quien fue compañera de muchas de las iniciativas de Emi, así como de otras amistades que –en la brevedad de su vida– supo cultivar con generosidad y amplitud de miras, entre ellas la de un compañero universitario que hoy va camino a convertirse en sacerdote.

Emi partió al cielo el 6 de setiembre de 2021. Su partida nos deja innumerables lecciones, forjadas en el buen ejemplo por ser hija de Dios, así como en su disposición de ayuda a quien lo necesitara.

Era increíble la facilidad que tenía para forjar amistades duraderas y su audacia para comprometerse en iniciativas al servicio de los demás, sacándolas adelante, por ejemplo, con su hermana Kei o con amistades cercanas en la carrera de Administración de Servicios en la Universidad de Piura – Campus Lima.

Alegría nacida de la filiación divina

La conocí mientras estudiaba en el colegio Santa Margarita, ella tenía 14 años, cursaba tercero de secundaria, se preparaba para recibir la Confirmación y formaba parte del Cuerpo de Prefects, quienes debían fomentar diversas iniciativas en favor de los demás alumnos del colegio.

Me atrajo mucho su alegría, realmente gozaba sentirse hija predilecta de Dios. Su sencillez de vida, su inquietud por aprender, sus deseos de hacer amigos, su empeño en el estudio y perseverancia por enfrentar los desafíos que la ponían a prueba, su capacidad de organización y deseos sinceros de ayudar a los demás, siempre dispuesta a lo que se le pidiera, porque le hacía ilusión ser santa con su trabajo profesional.

“Lo que hagas hazlo bien” fue un lema que interiorizó a temprana edad y lo ofrecía al Amor de su Vida, Jesucristo. Conocía sus fortalezas y limitaciones, se esforzaba por crecer en aquello que le costaba más, era un fiel reflejo de ese “comenzar y recomenzar siempre, hijos míos” al que anima san Josemaría

“Lo que hagas hazlo bien” fue un lema que interiorizó a temprana edad y lo ofrecía al Amor de su Vida, Jesucristo. Conocía sus fortalezas y limitaciones, se esforzaba por crecer en aquello que le costaba más, era un fiel reflejo de ese “comenzar y recomenzar siempre, hijos míos” al que anima san Josemaría, que no sólo la fortaleció, sino que, además, la ayudó a llegar muy alto en amor a Dios y al prójimo.

Al servicio de los demás

Mientras era estudiante de la Universidad de Piura Campus - Lima, estuvo un mes de intercambio apoyando en una actividad de AIESEC, en la Universidad Latina de Panamá, donde disfrutó y trascendió en la vida de varios de sus compañeros. Edwin Coello la recuerda: “Emi tenía una sonrisa que la caracterizaba, poseía empatía, solidaridad y un gran carisma con las que hizo amigos por todo el mundo”.

Con compañeras en el intercambio profesional en Alemania

También realizó otro intercambio estudiantil en Europa, donde realizó prácticas en la casa matriz de la empresa automovilística, Mercedes Benz en Stuttgart (Alemania) y en Varsovia (Polonia). Una de las CEO de esa empresa multinacional, la recuerda como una joven inteligente, dedicada, positiva, siempre con una sonrisa en su rostro, que le facilitó un trato cordial con quienes trabajaba. Por otro lado, una compañera de oficina comentaba como ambas se divirtieron en el proceso de aprendizaje del idioma polaco.

Inquieta por acercar las almas a Dios, siempre se preocupaba por sus amigos y las personas que conocía, se adentraba finamente en sus corazones

Inquieta por acercar las almas a Dios, siempre se preocupaba por sus amigos y las personas que conocía, se adentraba finamente en sus corazones, con gran delicadeza y respetando su libertad, con el afán de ayudarlos a vivir con coherencia.

Amor a la Iglesia y al Papa

José Luis Álvarez, actual seminarista en la arquidiócesis de Lima, quien coincidió con Emi una temporada cuando estudiaban juntos en la Universidad de Piura – Campus Lima, comenta: “Cuando Emi me contó que estaba rezando con un grupo de amigas por las vocaciones sacerdotales, le respondí: para que lo ames más a Él”.

En la playa de Copacabana en la JMJ de Brasil 2013

Cuando vino el Papa Francisco al Perú en enero del 2018, Emi colaboró con el voluntariado de la Guardia del Papa en Lima, iniciativa promovida desde el Arzobispado de Lima, que ayudó a muchos jóvenes a involucrarse con la visita del Santo Padre al Perú. Muchas personas que la conocieron en esa oportunidad destacan su alegría y disposición de ayuda.

Generosidad incansable

“Empezamos juntos la universidad en el 2011. Emi estudiaba Administración de Servicios y yo por aquel entonces estudiaba Administración de Empresas. Recuerdo verla rodeada de sus amigas más cercanas caminando por la cafetería y, ocasionalmente, invitándote una galleta o brownie. Su sonrisa y entusiasmo contagiaban a quien pasara por su camino; e, incluso, con su buena actitud te podía ayudar a quitarte el cansancio de ese momento”.

“Siempre mostraba un gran ímpetu por ayudar a todos, y prueba de ello son las actividades en las que se involucró dentro y fuera de la universidad: el full day de la carrera ADs (Administración de Servicios), las actividades de la asociación internacional de voluntariado (AIESEC), el Voluntariado de Acción Social (VAS) de la Universidad de Piura, las actividades sociales desde el Centro Cultural Montemar, la iniciativa de la ONG “Derecho para Todos”. Esos han sido parte de los momentos, que a lo largo de los diez años que la conozco, la vi esmerándose por servir al prójimo”, menciona José Luis Álvarez.

Su amor a la Virgen

Su cariño a la Virgen fue grande, la tenía muy presente en todo y para todo, puso mucho esmero y cariño en tratarla cada día más, y con el atrevimiento de una niña pequeña, en una foto de Nuestra Madre cambió al Niño Dios que se encontraba en su regazo por una foto suya; y es que así se veía, muy cerquita y apapachada por María nuestra Madre, el “sed muy Marianos, hijos míos” de san Josemaría, lo vivía a plenitud.

Una pillería con la Virgen

La causa de la vida

Tuvo una gran inquietud por trabajar a favor de la causa de la vida, se dio tiempo para colaborar en una asociación involucrada con estos temas, con una actitud profesional. Así, con su alegría, consejería y buena disposición ayudó con eficacia a procurar salvar a muchos niños en riesgo de ser abortados por futuras madres en situación de especial dificultad.

Visión sobrenatural de la vida

Durante muchos años trabajó a mi lado en el Programa de Liderazgo que saco adelante. Por su talante humano y empatía llegaba muy bien a las niñas, adolescentes, mamás y expositores.

Querida y apreciada por todos, transmitía con su vida lo que predicaba: vivir cara a Dios y a los demás

Siempre puso alegría e ilusión en la organización y en las sesiones, las dificultades las transformaba en retos. Brindaba mucha paz y visión optimista, si algo no salía como esperábamos. Querida y apreciada por todos, transmitía con su vida lo que predicaba: vivir cara a Dios y a los demás; y, además, que para dar un sabor de vida cristiano, había que conocerse y prepararse para servir mejor a Dios y a las personas con alegría. Vivía permanentemente enamorada de Dios. Ahora es nuestra gran intercesora desde el cielo y soñamos con un día verla en los altares, ¿por qué no?

Patricia Pachas