Colegio Miravalles: una catequesis para la vida

Aurora trabaja en el colegio Miravalles en Lima Norte, en el distrito de Comas. Nos cuenta la iniciativa de preparar para el sacramento de la confirmación a algunas profesoras y la práctica de obras de misericordia.

Cada año, soy la responsable de sacar adelante la catequesis de confirmación de las alumnas del colegio Miravalles, y aprovecho esa ocasión para invitar también a profesoras.

En 2023, dos profesoras recibieron este sacramento. Cisny, de educación física de Secundaria; y, Melany, profesora de inicial. Nos reuníamos los martes en la tarde, que era el único momento en que coincidíamos las tres.

Ambas asistían con puntualidad y ganas de aprender, preguntaban y sacaban sus conclusiones al comparar lo que nuestra fe nos lleva a vivir y sus propias vidas. Algunas veces ellas se preparaban y exponían el tema. También pedían ayuda a sus compañeras: una de las amigas de Melany le tomaba la lección. Como viajábamos juntas en el transporte público, aprovechaba para darle el refuerzo allí, si lo necesitaba, o escuchábamos lo que había aprendido.

“Otro tema que he podido descubrir es el valor de la liturgia, que no es cuestión de asistir, por costumbre o tradición a los sacramentos, sino conocer lo que hay detrás de cada liturgia, y vivirla participando de una manera activa para obtener los frutos. Y en cuanto a los mandamientos, también no es solo saberlos de memoria, sino entenderlos para vivirlos y también enseñarlos, porque en la medida en que los viva, también podré enseñar a los demás que se pueden vivir”.

Se tomaron en serio su preparación y sobre todo lo iban haciendo vida, veían con otra perspectiva lo que les ocurría cotidianamente. Cisny lo expresó así: “Cuando inicié las clases de catecismo de preparación para la primera comunión y confirmación, pensé que mi actuar era del todo correcto, gracias a las enseñanzas de mis padres, pero me di cuenta que solo era una pequeña parte; luego al ir estudiando cada pregunta del catecismo, entré en cuestionamientos, dado que algunas de mis acciones y decisiones no eran correctas del todo, pero también me daba cuenta que Dios está siempre presente en mi vida, ya que cuando he tenido alguna dificultad, cuando debía tomar decisiones importantes, siempre he recibido la ayuda necesaria para hacer lo correcto y elegir con más certeza y eso, ahora lo veo con más claridad, era la gracia de Dios, la acción del Espíritu Santo, y era mi fe la que me llevaba por el camino correcto. He descubierto que no basta con conocer a Dios sino que es importante creer en él, reconocer que actúa en nuestras vidas”. (..) “Otro tema que he podido descubrir es el valor de la liturgia, que no es cuestión de asistir, por costumbre o tradición a los sacramentos, sino conocer lo que hay detrás de cada liturgia, y vivirla participando de una manera activa para obtener los frutos. Y en cuanto a los mandamientos, también no es solo saberlos de memoria, sino entenderlos para vivirlos y también enseñarlos, porque en la medida en que los viva, también podré enseñar a los demás que se pueden vivir”.

Cisny en el momento de su confirmación

Parte de la preparación era participar en la Convivencia de Confirmación, con las alumnas de tercero de media del colegio Miravalles. Fueron muy ilusionadas de vivir su fe. Fue para ellas una ocasión de pasar unos días diferentes y conocer el Santuario de la Madre del Amor Hermoso, en Cañete.

“Ahora sé que cada obstáculo es un aprendizaje que sé debo afrontar, y que cuento con la gracia de Dios. Sé que también el Señor se vale de las personas que tengo a mi lado, y con su ayuda, ser capaz de discernir”.

Melany comentó: “La experiencia en mi preparación ha sido gratificante. Durante muchos años estuve alejada de Dios y me surgieron muchas preguntas. Al tomar la decisión de recibir la Confirmación, poco a poco pude resolver mis dudas. Soy consciente que aún me falta mucho por aprender y lo iré adquiriendo con perseverancia y en compañía de Dios. Ahora sé que cada obstáculo es un aprendizaje que debo afrontar, y que cuento con la gracia de Dios. Sé que también el Señor se vale de las personas que tengo a mi lado, y con su ayuda, ser capaz de discernir”.

Días antes de recibir la Confirmación, pudieron confesarse con el capellán del Colegio. Cisny lo hacía por primera vez, ya que también recibiría la Eucaristía; fue un momento muy especial para ella y se preparó con sumo cuidado. Ahora que ya ha recibido todos los sacramentos de iniciación cristiana, cada vez que le es posible, participa de la Eucaristía que se celebra en nuestro Colegio.

Alegría de las profesoras tras recibir la confirmación

Ambas quieren continuar las clases de doctrina católica, espero que también se sumen otras profesoras. Buscaremos un día en que coincidamos y, ahora ellas podrán ayudar a sus compañeras en el colegio, a crecer y vivir su fe.

Obras de misericordia

Durante una de las últimas ceremonias de Confirmación en Comas, el obispo de Carabayllo, monseñor Neri Menor Vargas, animó a las alumnas del colegio Miravalles, a vivir las obras de misericordia.

Así que, en abril del año pasado, en la catequesis de Confirmación con las alumnas de tercero de secundaria, además de las actividades ya acostumbradas, añadimos la visita solidaria a una Residencia Geriátrica, en Comas.

Coordinamos con la madre Nieves, responsable de la Residencia Geriátrica, y quienes cuidan y atienden a los residentes; éstos, en su mayoría, aunque son bien cuidados, pasan mucho tiempo solos. Se fijó el día de la visita. Días antes, preparamos los grupos con las alumnas y cada uno tenía un encargo: unas recibían y separaban los donativos; otras eran responsables de la logística: material para limpieza y atención de los abuelitos, y llevar los nombres de los residentes en stickers para llamarlos por sus nombres; otro grupo, preparó un show de bailes y cuentos, y un cuarto grupo se encargó de preparar juegos.

Llegó el día y salimos temprano: las alumnas no solo iban a visitar a los residentes del asilo, sino que los atenderían y cuidarían todo el día. En cuanto llegamos, todas se alistaron con sus respectivos gorritos y empezaron a ayudar a los residentes con su desayuno; desde el inicio muchas se conmovieron al verlos, pensaban en sus abuelitos; una de ellas hacía poco que había perdido a su abuelo, otras acompañaron a las religiosas a atender a quienes ya están postrados en cama; era impresionante ver tan atentas a quienes les tocó ayudar en el desayuno.

Tras el desayuno, se presentó la función. Las integrantes del equipo del show prepararon mimo, y algunas coreografías, luego lograron que los residentes participen de los juegos y se divirtieron mucho. Descubrimos que lo que más les gusta a los residentes es bailar, así que fue parte de la terapia del día, bailaron muchísimo.

En el colegio Miravalles cada alumna aprende a bailar una danza, y a una se le ocurrió poner la música de la danza que aprendieron ese año, era la Contradanza, propia de la zona de Huamachuco, en La Libertad. los residentes y las religiosas, se impresionaron al ver a todas las alumnas bailar al unísono. En ese momento, nos enteramos de que era el cumpleaños de uno de los huéspedes, el señor Juan, así que todas las alumnas le cantaron “feliz cumpleaños”.

Valeria leyó algunos de los 32 mensajes que dejaron en un tarjetón para los abuelitos.

Luego, llegó el momento del almuerzo, y al igual que en la mañana, las alumnas les dieron de comer. Al finalizar el almuerzo, los ancianos les hablaron de su familia, del trabajo que tuvieron o a qué se dedicaban cuando eran jóvenes; y, de manera especial, hablaban mucho de sus hijos; las alumnas los escuchaban con atención, aprendían de ellos y se interesaban por sus vidas. Nuevamente dejaron limpio el comedor y ayudaron a recoger la vajilla y utensilios.

La madre Nieves nos invitó a pasar a un salón grande, y tuvimos un compartir. Las alumnas habían preparado algunos saludos y manifestaron lo que experimentaron con ellos. Valeria leyó algunos de los 32 mensajes que dejaron en un tarjetón para los abuelitos.

Antes de acabar, los residentes dijeron unas palabras de agradecimiento y les pedían que vuelvan pronto; y la madre Nieves dirigió unas palabras a las alumnas y les dijo que habían sido muy valientes porque ellas no solo habían ido a visitar y jugar con los residentes; sino que habían ido a atenderlos y a pasar el día con ellos, lo cual implica un trabajo arduo.

Quienes habían ayudado a atender a los abuelitos que estaban en cama, como María o Gabriela, fueron a despedirse de ellos. Regresaron conmovidas y al mismo tiempo alegres de haber podido dedicar un día con los “abuelitos” como decimos a las personas mayores.

Visita de alumnas de Miravalles a los abuelitos

El segundo día de este año 2024, recibimos de la Madre Nieves una foto de todos los residentes saludándonos por este nuevo año 2024 y agradeciendo las visitas, ya que, para Navidad, otro grupo de alumnas de sexto grado y de cuarto de secundaria de Miravalles prepararon la celebración navideña en la Residencia Geriátrica: ¡Fue también otra buena experiencia!

Aurora Barrenechea Loza