Victoria Nolasco: toda una vida haciendo hogar

Primera Numeraria Auxiliar peruana falleció en Lima el 11 de febrero del 2016.

Victoria Nolasco: primera numeraria auxiliar de Perú

Victoria Nolasco vino desde las alturas de Huarochirí. Nunca se imaginó la gran aventura de servicio a los demás que emprendería a lo largo de su vida. Nació en un pueblo pequeño, San Lorenzo de Quinti, el 17 de noviembre de 1934 y llegó a Lima cargada de ilusiones.

Conoció la Obra a través de Don Manuel Botas, primer Vicario Regional de la Obra en el Perú, quien pidió a unas religiosas datos de personas que pudieran trabajar en las labores del hogar en un Centro de varones que se acababa de abrir. Era una mujer muy trabajadora, recia, empeñosa, abnegada, con genio y carácter fuerte.

Nada se le ponía por delante: cuando faltaban recursos vendía botellas vacías para poder comprar lo necesario para un día de fiesta o atender a algún invitado. Otras veces se ingeniaba para fiar en las bodegas y preparaba platos sencillos pero muy bien presentados que reflejaban el cariño propio de un hogar.

Cuando llegaron las mujeres de la Obra al Perú en noviembre de 1954, fue conociendo el espíritu del Opus Dei y descubrió su vocación: le atrajo saber que podía encontrar la santidad a través de sus ocupaciones y en su vida ordinaria. Se dio cuenta que el trabajo de la Administración, que se realiza con una adecuada preparación profesional, contribuye a transmitir el ambiente de familia que San Josemaría Escrivá de Balaguer recibió de Dios y caracteriza a los Centros y hogares de todos los fieles del Opus Dei.

Victoria pidió la Admisión en Lima el 13 de octubre de 1960. Desde entonces supo encontrar la alegría de servir a los demás y la importancia de hacer hogar con detalles pequeños pero llenos de cariño; cuidando el orden y limpieza; colocando unas flores sencillas, preparando con destreza un menú casero o el postre preferido el día del cumpleaños de manera que las personas se sientan acogidas y a gusto.

Estuvo en Roma de 1967 a 1972 donde conoció al Fundador del Opus Dei, que tenía especial predilección por sus hijas Numerarias Auxiliares. De San Josemaría aprendió entre otros aspectos, que “ante Dios, ninguna ocupación es por sí misma grande ni pequeña. Todo adquiere el valor del Amor con que se realiza” (Camino 618).

Hasta el último día de su vida quiso estar siempre ocupada y conservó la ilusión de entregarse a Dios, en las tareas de cada día, de manera oculta. A pesar de la fuerte artrosis, muy dolorosa, que sufría desde hace varios años, nunca se consiguió que estuviera quieta: quería seguir dando una mano en el planchero, en la limpieza o en el oratorio.

A lo largo de su camino, supo ser fiel a aquellas palabras que san Josemaría, escribió en su libro Surco: “El heroísmo del trabajo está en “acabar” cada tarea”.

Era muy rezadora y siempre estaba de buen humor a pesar de sus dolores, que ofrecía por el trabajo del Prelado del Opus Dei, al que cariñosamente se le llama Padre.

Días antes de su fallecimiento estaba en un curso de formación en Cañete donde pudo pasar muchos ratos de familia con Numerarias Auxiliares de distintas ciudades del Perú y con las estudiantes de Condoray, que querían conocerla.

Victoria murió el jueves 11 de febrero de 2016, rodeada del cariño de las personas de la Obra y de su familia. La Misa de exequias se celebró en el Centro Cultural Inclán de Miraflores, y sus restos descansan en el cementerio Jardines de la Paz, de La Molina.