“Dios quiere que todos se salven: esto es una invitación y una responsabilidad, que pesan sobre cada uno de nosotros. La iglesia no es un reducto para privilegiados”, señala san Josemaría en esta homilía pronunciada el 16 de abril de 1954.

Ante el anuncio de las próximas visitas pastorales del Santo Padre a Colombia (setiembre 2017), Chile y Perú (Enero 2018), esta homilía nos puede ayudar a estar en sintonía con la nueva evangelización a la que nos convoca el Papa Francisco y también con la llamada universal a la santidad y al apostolado, de la que fue pionero san Josemaría.

San Josemaría nos anima a no desaprovechar cualquier oportunidad para hacer apostolado en la vida ordinaria. Sin embargo, nos advierte que “me resulta muy difícil creer en la eficacia sobrenatural de un apostolado que no esté apoyado, centrado sólidamente, en una vida de continuo trato con el Señor”.

Otros títulos de homilías de san Josemaría que ha publicado la Oficina de Comunicación del Perú en esta colección son: “Amar al mundo apasionadamente”, “El matrimonio: vocación cristiana” y “La Virgen santa, causa de nuestra alegría”.