Primera Misa Solemne del Padre Alejandro Arenas

El próximo domingo 9 de julio, coincidiendo con el aniversario de la llegada de san Josemaría al Perú, en la Iglesia del Buen Pastor del distrito de Los Olivos, a las 7:30 de la noche, tendrá lugar la Primera Misa Solemne del Padre Alejandro Arenas.

El Padre Alejandro Arenas es el primer miembro agregado de la Prelatura del Opus Dei en el Perú en ser ordenado sacerdote.

¿Cómo es que nace en ti una vocación al sacerdocio?

Hace unos años, el Prelado del Opus Dei, en ese entonces monseñor Javier Echevarría, me propuso que yo siga estudios en la Universidad de Navarra, con la posibilidad de ordenarme sacerdote. Los numerarios y agregados estamos entregados indiviso corde y como la Prelatura del Opus Dei tiene fieles y necesita sacerdotes acepté.

A fines de agosto de 2010 viajé a España con este fin y allí realicé mis estudios que incluyen varios años de Teología, luego la licenciatura y por último la tesis para el doctorado en liturgia. Para esto último investigué los aportes realizados por el monje benedictino Manuel Garrido Bonaño, fallecido en el 2013, experto en liturgia que colaboró con los obispos españoles en el Concilio Vaticano II para la Constitución Sacrosantum Concilium. Dentro de un tiempo debo volver a la Universidad de Navarra para la defensa de mi tesis.

Fui ordenado sacerdote el 4 de setiembre de 2016 por monseñor Javier Echevarría y desde entonces alternaba la preparación de la tesis con una limitada atención a varios centros del Opus Dei donde era necesario. A la semana de ordenarme sacerdote fui al Santuario de Torreciudad por el Día de la Familia para atender confesiones.

A tu retorno al Perú, ¿Qué actividades vienes desempeñando?

Aún no he podido saludar a todos mis amigos porque tras retornar al Perú de inmediato recibí los encargos de capellán de los colegios Humtec y Miravalles, en Comas, así como del Centro Cultural Universitario Sama.

Regreso también como capellán al Sama, el centro cultural que me vio nacer en mi vocación al Opus Dei. Aquí vine por primera vez en 1983 para unas clases de técnicas de estudio, cuando tenía 17 años y postulaba a la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Después de tres años de recibir formación, pedí la admisión a la Obra. Luego de graduarme en 1990 he trabajado durante muchos años en varias empresas, especialmente en el noble ejercicio de las ventas de ingeniería hidráulica.

Ahora dedico las mañanas a los colegios y las tardes al Sama, con un aprendizaje lento, como sacerdote nuevo, cero kilómetros, pero dispuesto a trabajar al cien por cien en mi nueva misión.

¿Qué significa para ti ser sacerdote?

El sacerdocio es un gran don que el Señor me ha dado. Cuando nos preparamos numerarios y agregados para una posible ordenación no sabemos si al final nos vamos a ordenar. Algunos no se ordenan y regresan a trabajar a sus lugares de origen como laicos; a otros les llama el Padre para ordenarse y aceptan libremente.

Con la ayuda de Dios espero no defraudar las expectativas que se han tejido con mi ordenación, trabajar y ser buen instrumento, un instrumento santo. Antes, ingeniero, hoy sacerdote cien por ciento, preparado para administrar los sacramentos en nombre de Cristo.

Por Facebook me he comunicado con amigos de secundaria que no veía hace 30 años. Hace poco administré la unción de los enfermos al padrino de un amigo que estaba grave y a los tres días falleció.

Cuando me encuentro en el barrio con amigos y conocidos hay grandes abrazos y parabienes por tener la cercanía de un sacerdote. Algunos no me reconocieron porque peino más canas, ya no tengo bigote y he adelgazado.