«Dios sale a nuestro encuentro y nos llama por nuestro nombre»

El Papa Francisco habló de María Magdalena, quien al sentirse interpelada por Jesús resucitado experimenta dentro de sí una felicidad tan profunda que cambiará su existencia.

Queridos hermanos y hermanas:

En este tiempo de Pascua dirigimos nuestra mirada a María Magdalena, la primera persona en encontrarse con Jesús resucitado, según los Evangelios.

María Magdalena, al sentirse interpelada personalmente, experimenta dentro de sí una felicidad tan profunda que cambiará su existencia

La experiencia de la resurrección que vive María Magdalena es profunda y existencial. Ella se acercó al sepulcro con el corazón colmado de la tristeza y la soledad de quien ha perdido un ser querido, y al llegar ahí, el dolor y la desilusión de no encontrar el cuerpo de Jesús le impedían verlo y reconocerlo vivo.

Entonces Jesús, tomando la iniciativa, la llama por su nombre. Ella al sentirse interpelada personalmente, experimenta dentro de sí una felicidad tan profunda que cambiará su existencia y que está destinada también a transformar la existencia de todo hombre y mujer. Es muy hermoso pensar que la primera aparición de Jesús resucitado se haya producido de un modo tan personal y cercano.

Nuestra vida, tantas veces cargada de esas mismas experiencias de soledad, de vacío y de dolor, se ve transformada por la presencia de Dios

Nuestra vida, tantas veces cargada de esas mismas experiencias de soledad, de vacío y de dolor, se ve transformada por la presencia de Dios, que mucho antes de que nosotros lo busquemos, sale a nuestro encuentro, nos llama por nuestro nombre, y nos dice: Levántate, no llores más, porque he venido a liberarte.

Saludos

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Los animo a perseverar en la oración y en la escucha de la Palabra de Dios, para que en los momentos de dolor y abandono, sientan cómo Jesús resucitado los llama por su nombre, y salgan con el corazón lleno de alegría a anunciar a todos la Buena Noticia de la Resurrección. Que Dios los bendiga.

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